Spaghetti alla nerano: receta italiana auténtica con calabacines y provolone
¿Quieres descubrir el auténtico sabor de la cocina napolitana? Los spaghetti alla Nerano son un plato icónico que combina la sencillez de ingredientes frescos con la calidad de los spaguetti de Garofalo. La receta destaca por su exquisita textura cremosa lograda al emulsionar el queso Provolone del Monaco o Parmigiano Reggiano con calabacines dorados en aceite de oliva virgen extra. Este plato es una oda a la cocina tradicional de Sorrento, perfecta para quienes valoran la autenticidad y los ingredientes de calidad superior.
Para preparar este clásico, freímos los calabacines en rodajas finas hasta que estén dorados y los combinamos con una pasta cocida al dente. La magia ocurre al añadir albahaca fresca, un toque de agua de cocción y queso parmesano, creando una salsa que envuelve cada espagueti con una suavidad inigualable. Si estás listo para llevar a tu mesa un pedacito de Italia, acompáñanos y cocina con pasta Garofalo. ¡La calidad marca la diferencia en cada plato!
35'
2
Baja
Ingredientes
200 gr spaghetti Garofalo
Parmigiano Reggiano 120 gr (o Provolone del Monaco si fuera posible)
500 g de calabacín
Albahaca al gusto
Sal
Pimienta negra
1 diente de ajo
AOVE (aceite de oliva virgen extra)
Productos Garofalo
Preparación
Preparación de los ingredientes
Para lograr unos auténticos spaghetti alla Nerano, comenzamos con los ingredientes frescos y de calidad. Lava los calabacines y córtalos en rodajas finas para que se cocinen uniformemente. Asegúrate de tener a mano queso Provolone del Monaco o Parmigiano Reggiano, albahaca fresca y un diente de ajo pelado.
Prepara una olla grande con agua abundante y sal para cocer los spaghetti Garofalo. Mientras tanto, coloca papel absorbente en un plato para escurrir los calabacines tras freírlos. Con todo listo, estamos preparados para empezar a cocinar este plato tradicional.
Freír los calabacines
Calienta una sartén con aceite de oliva virgen extra a una temperatura aproximada de 150 grados. Fríe las rodajas de calabacín en tandas pequeñas para que queden doradas y crujientes, evitando que se ablanden demasiado.
Retira los calabacines del aceite con una espumadera y colócalos en el plato con papel absorbente para eliminar el exceso de grasa. Añade sal y pimienta negra al gusto para realzar su sabor.